¿A qué llamamos “exactamente” falta de tiempo?

Escrito por Mónica González el . Posteado en Blog

 

En los procesos de coaching familiar me gusta trabajar la organización por medio de la agenda y observo en las mamás y en los papás un sentimiento de culpabilidad que no les permite avanzar. Este sentimiento no es beneficioso para padres, menos aún para los hijos.

La educación de los hijos es tiempo y paciencia, es cuestión de organizarse y disfrutar con lo que somos y lo que tenemos. Para eso hay que aceptar “lo que somos”, “lo que tenemos” y hasta donde podemos llegar.

Ponerse en el lugar del otro nos suele beneficiar a la hora de resolver situaciones. Entonces, mirar a los hijos a los ojos, ponernos a su altura para observarles nos ayudará a comprender mejor.

Generalmente la familia se reúne en casa por la tarde noche, y cuando llegamos a casa hay mil cosas que hacer. Por un lado mamás y papás sin aliento, por otro, los niños sienten lo mismo, también han pasado un día haciendo cosas y están cansados. ¡No hay tiempo para nada!

¡¡¡Hay que organizarse y hacer lo prioritario, lo demás se deja. Además si siempre hacemos lo mismo, en ocasiones es más fácil llegar: los lunes esto, los miércoles esto otro, y así para cada día de la semana!!! Ser rutinario con los hijos funciona, porque a ellos les da seguridad saber que viene luego.

Te doy una ayuda: apunta los objetivos y que harás para conseguirlo en la agenda o en un cartel, no olvides plazos y horarios y ante todo cumplirlo.

Generalmente los padres me manifiestan que se sienten mal porque tratan a sus hijos con prisas, nervios y no desean más que por favor se duerman y no se despierten en toda la noche. Cuando se dan cuenta que intentan solucionar estas cosas con premios y regalitos, aún se sienten peor. Y además, para sanar esa culpa, encima luego les permiten hacer lo que quieran: “para un rato que estoy con él no me voy a poner a discutir”, dicen.

El tiempo, el bendito tiempo, “si le dejo desayunar solo, vestirse solo, no llegamos”

Pero hay un secreto importante: el tiempo de calidad no es mucho tiempo, es un tiempo efectivo.

¿Qué debemos mejorar para tener tiempo de calidad?

  • Por supuesto estar organizados con las rutinas diarias y TODOS somos parte de ellas, cada uno a su nivel.
  • Una buena idea es llegar a casa y cada miembro de la familia deja el móvil: crea en tu casa un espacio que todos sepáis que es el “aparcamiento de los móviles”. Cuando se entra en el hogar, el móvil se deja ahí. Porque si alguien nos necesita… ¡que llame a casa!
  • A los hijos lo que más les gusta es estar con su mamá, con su papá. Hacer proyectos juntos es lo que más les ilusiona. “Lo más de lo más” es hacer planes para compartir en familia los fines de semana excursiones fuera de casa. Así que se escoge un día, por ejemplo, el sábado para hacer todo lo que necesitéis, ver a los abuelos, etc. El domingo excursión del núcleo familiar.
  • También se podría elegir un día para hacer una cena especial, por ejemplo el jueves, lo mejor sería que todos los jueves se hiciera una cena especial.
  • Otra cosa que observo de las familias con las que trabajo es cuando redescubren los juegos de mesa: si tenéis poco tiempo, cambiad el ver una película por parchís. Mano de santo.
  • Otro proyecto que les hace mucha ilusión es que los primos o los amigos se queden a dormir en casa, que cenéis con ellos y preparéis cena y juegos todos juntos. Esto os vale para todas las edades, desde un niño de 4 a uno de 15 años. Al estar integrados con sus amigos estáis compartiendo parte de su intimidad. Además, cuando se lleven a los tuyos a otra casa, os queda una noche de novios o para salir con amigos, o ir al cine, a dar una vuelta para disfrutar ¡¡¡solitos!!! Además, tened en cuenta que si un niño desde pequeño se acostumbra a dormir en otras casas, superará miedos, madurará en autonomía y ganará en seguridad.
  • Inventa algo diferente para un momento especial, por ejemplo, con unas sillas y unas sábanas podéis construir una tienda de campaña, esto les ilusiona muchísimo. Imagina la cara de tus hijos si os sentáis los viernes por la noche a cenar en el suelo después de “vuestra tienda de campaña única en el mundo”.

En definitiva, convertir “un tiempo especial” para ellos es brindarles un tiempo de calidad. Es ese momento en que ellos solo son TODO para nosotros y nosotros somos TODO para ellos.  

¿Veis? Seguro que habéis aprendido esto a tiempo. 

¿Coaching para padres?

Escrito por Mónica González el . Posteado en Blog

 

¿Soy buen Padre? ¿Soy buena Madre? Habitualmente me encuentro con estas preguntas cuando estoy en un proceso de Coaching Infantil. Estas dudas son normales, claro que sí, pero no hace falta comerse la cabeza y bla, bla y bla, bla. No es malo cometer errores en los roles que nos toca jugar en nuestras vidas. No se nace con el libro de instrucciones de cómo ser un buen “…” debajo del brazo. Lo importante es tomar las riendas y mejorar o cambiar para que todo fluya mejor.

El Coaching ayuda a Mamás y a Papás a clarificar posiciones y a conocerse a sí mismos y saber por dónde encontrar la mejor salida. Ayuda a sacar lo mejor de uno mismo, a desarrollar el potencial como Madre/Padre/Educador y a realizar un buen acompañamiento en el aprendizaje de la vida de los hijos.

Como padres influimos en la personalidad de nuestros hijos, pero también debemos acompañarles en el desarrollo de su autonomía, para que ellos mismos logren sus propios objetivos. Es en esto donde nos echa una mano el Coaching para padres.

El entorno familiar es lo más cercano en los niños, lo más importante, donde se cubren las primeras necesidades, los vínculos afectivos y un sinfín de experiencias que ayudan a los niños a desarrollar sus talentos y habilidades. Aún así, a veces, sentimos que las cosas no van por el camino que a nosotros nos parece correcto. Nos duelen ciertas cosas de las que hacen o dicen y en ocasiones parece que, según qué circunstancias, se nos escapan de las manos.

Hay que invertir un poquito de tiempo, primero porque debemos conocernos a nosotros mismos, luego debemos conocer a nuestros hijos y luego debemos gestionar los diferentes puntos de vista. Pero cuando hablamos de “tiempo” se nos eriza la piel por ser un factor escaso.

Con el Coaching como herramienta se va avanzando poco a poco, con el ritmo que cada uno necesita, es como un traje a medida donde cada uno se organiza lo mejor posible y una estupenda ayuda para la reflexión sobre Madre y cada Padre, lo hará a su estilo.

¿Cómo ayuda el Coaching en esto de ser padres? Primero porque se unifican posiciones, se priorizan valores y se busca cómo afrontar conflictos, además de aprender a ser más positivos y ante todo resolutivos.

Eso sí, si quieres fama, la fama cuenta. Además de tiempo para reflexionar se necesita de un buen montoncito de esfuerzos y compromisos personales. Ya se sabe, por aquello de que el camino se hace andando.

¿Te apetece ordenar tu pensamiento y tus emociones como Mamá o como Papá? ¿Y empezar ya a cambiar?

Consejos prácticos:

  • Se necesita tomar nota, así que papel y bolígrafo en mano, por favor (Yo en mis procesos recomiendo agenda).
  • Comienza a responderte preguntas como estas: ¿Quieres tener una familia feliz? ¿Y qué significa esto para ti? ¿Qué tienes que hacer? ¿Qué te gustaría que dijeran de ti como Madre/Padre? ¿Qué tipo de Madre/Padre quieres ser?

Luego de responderte a preguntas como las anteriores, comienza a plantearte pequeños objetivos, busca cómo llegar a ellos y comienza un plan para poder alcanzarlos.

Como coach me toca acompañarte a canalizar tu motivación para que puedas conseguir un trabajo productivo. Así que ya sabes que cuentas conmigo.