“EL TIEMPO” y “EL ESPACIO” se adquieren mejor “jugando”.
Son dos nociones muy importantes en el desarrollo de la infancia, al mismo tiempo un poco complicadas de ir adquiriendo. Ambos conceptos ayudan a los niños a comprender mejor el mundo que les rodea. Es por eso que los adultos debemos ayudarles a experimentar, observar y analizar, y por medio de nuestra afectividad y de sus habilidades aprendidas se irán haciendo poco a poco con el sentido de la orientación.
Tengamos en cuenta que las cosas van cambiando, de hecho las personas también vamos transformándonos al igual que nuestra percepción con respecto al medio que nos rodea. Los niños primero perciben el espacio más inmediato: su casa, su cole, su barrio, su pueblo; luego van reconstruyendo el mundo de los adultos a su propio mundo, por eso les gusta jugar dentro de una tienda de campaña o debajo de una mesa o detrás de un sofá.
Lo mismo nos ocurre con los tiempos y le damos un nombre al desayuno que es por la mañana o a la cena que es por la noche. Y es porque la noción de tiempo va unida al horario que realizamos nuestras rutinas. En este caso se va trabajando el concepto de duración de las cosas.
Pero no podemos hablar de lo que ocurre en los niños de Educación Infantil sin hablar “del juego”.
Para los pequeños jugar a saltar, correr, gatear; siguiendo nociones espaciales como saltamos hacia adentro del círculo, gateamos dentro del túnel o hacer itinerarios de espaciales y temporales es además de pasárselo bien, ayudarle a la percepción de estos dos conceptos abstractos. Es verdad que la noción tiempo es más complicada ¿Qué es “ayer”? puede preguntarnos un niño de infantil y habrá que saber qué ha realizado de diferente ayer que no hoy para ir haciéndole diferenciar un tiempo de otro. Es por eso que en las escuelas infantiles comienzan con la llamada asamblea donde se observa qué tiempo atmosférico hace y lo representamos de alguna manera. Qué día de la semana es. Recuerdan cada día en qué estación del año están o en qué mes.
Nos visitó en clase de tercer año la Profesora Tatiana del Val y nos compartió su gran experiencia. Nos hizo vivenciar unas cuántas actividades, juegos y canciones para luego trabajarlas en las aulas con los niños. Ante todo nos ayudó a experimentar, analizar y comprender la gran importancia de nuestra labor como docentes de infantil en el buen trabajo de aula para preparar a futuros niños que se enfrentarán más adelante al aprendizaje de la lectoescritura y el cálculo.
Gracias Tatiana por acercarte a la Facultad de Educación, ha sido una mañana maravillosa.